Un Porsche y lingotes de oro: la cesta de Navidad más grande de España se sortea en Teruel
El Restaurante Mariano de Calamocha agotó en 25 días todos los boletos para participar. Incluye también jamones de la provincia y viajes a Nueva York
La mayor cesta de Navidad se sortea en la localidad turolense de Calamocha (Aragón). El agraciado que haya comprado el boleto con el mismo número que el sorteo de Navidad de la Lotería podrá llevarse un premio valorado en 400.000 euros.
“Estamos sorprendidos del éxito que tiene cada año el sorteo de esta cesta, y este año ya estaban vendidos todos los boletos hace 25 días”, ha confirmado a El Confidencial Autonómico Mariano Sanz, dueño del Restaurante Mariano, situado en la localidad turolense de Calamocha. Es un asador especializado en cocina aragonesa.
El agraciado de este singular sorteo será quien haya comprado el boleto correspondiente al Gordo del Sorteo de Navidad, que se celebra hoy.
Quienes han querido adquirir boletos en este restaurante han tenido que ir allí físicamente, y cada persona puede comprar un máximo de 10 boletos, a 8 euros cada uno. Acuden ya cada año personas de diversas comunidades autónomas.
Como la cesta cuesta 400.000 euros, el restaurante gana otro tanto, “aunque no tanto, porque hemos de pagar al Gobierno de Aragón 160.000 euros, un 20% de lo ingresado”, expresa Mariano a este digital, “pero visto el éxito podíamos haber vendido bastantes más boletos”.
Este año la cesta consiste en un Porsche, un Mercedes Clase SLK Roadster, una moto BMW R, dos lingotes de oro y 1 kilo de planta, viajes a Disneyland Paris (4 personas), Nueva York e islas Fidji, así como a la localidad suiza de Gstaad. Por supuesto, no faltan jamones de Teruel y participación en lotería, entre otros productos variados.
Una iniciativa original de hace 13 años
Cada año, desde hace 13 años, este restaurante incrementa el valor de la cesta, y este año es de un aumento de 50.000 euros respecto a 2014, que a su vez lo incrementó en 100.000 euros respecto a la cesta de 2013.
“Al principio, allá por 1977, empezamos sorteando cestas sencillas, y luego televisores: funcionaba, pero poco”, expresa a ECA el dueño del restaurante, “y vimos que había que dar un salto, lanzarnos”.
La peculiar y valiosa cesta se ha ido difundiendo a través del “boca a boca”, y los vecinos de la villa colaboran para meter los coches dentro del restaurante y colocar los diversos objetos y comestibles, constituyendo “una promoción no sólo para el restaurante sino para todo Calamocha”, afirma Mariano, que es partidario de “tener siempre iniciativa e imaginación en los negocios”.
