Yolanda Barcina refuerza su seguridad privada tras los ‘tartazos’ sufridos en Toulouse. Escoltas infiltrados de ‘paisano’ y revisión exhaustiva de bolsos y carteras
La presidenta de Navarra se ha 'blindado' para evitar nuevos ataques como el que sufrió en Toulouse en la reunión de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. Los escoltas han recibido nuevas instrucciones y han organizado un operativo especial de seguridad.
extraordinario de vigilancia que durará, como mínimo, hasta después de las elecciones generales para descartar cualquier nuevo ataque durante los próximos actos de campaña.
En concreto, “durante los próximos compromisos públicos de la presidenta y su equipo, se revisarán los bolsos, carpetas, carteras… que lleven los asistentes, para que nadie pueda esconder ningún tipo de objeto que pueda ser usado para atacar a Barcina”.
En este sentido, las fuentes consultadas explican que la presidenta de Navarra no pudo ser atacada con un arma blanca en Toulouse porque los asistentes al acto tuvieron que pasar por el detector de metales: “Era imposible que llevaran un cuchillo o algo similar. Sin embargo “no se hicieron controles exhaustivos a los objetos que llevaban los invitados, y eso es lo que se ha erradicado ahora”.
Además, en todos los actos de campaña que se celebren hasta el 20-N, Yolanda Barcina contará con agentes y escoltas de paisano, que se ‘camuflarán’ entre el público para controlar cualquier movimiento sospechoso.
Los autores de los ‘tartazos’, imputados por un delito de atentado
Las mismas fuentes explican que Julio Villanueva, Gorka Ovejero e Ibon García, los tres activistas abertzales contrarios al Tren de Alta Velocidad que lanzaron a la presidenta navarra tres tartas en Francia, “fueron recibidos en España por la Guardia Civil, tuvieron que hablar ante el juez, y están imputados por un delito de atentado contra la autoridad”.
La Audiencia Nacional ya les ha llamado a declarar, aunque los autores del ataque a Barcina “están en la calle”. Los tres acusados han aprovechado su libertad para leer un manifiesto en el que consideran los ‘tartazos’ “una acción una acción cómica de protesta”.
