Colectivos enfrentados han llegado a un acuerdo

Ganaderos y ecologistas de Cantabria piden a la consejería que pague las pérdidas por ataques de lobos

Los daños que provocan los animales salvajes en los rebaños han crecido en los últimos años

Rebaño de ovejas en Cantabria, con los Picos de Europa al fondo.
Rebaño de ovejas en Cantabria, con los Picos de Europa al fondo.

Los ganaderos de Cantabria llevan años viendo cómo los lobos matan a decenas de terneros, ovejas y cabras y hieren a sus perros pastores. En 2014 los costes económicos que estos ataques provocan han forzado a que asociaciones de ganaderos, ecologistas y cazadores hayan llegado a un acuerdo de propuesta para poner freno al problema.

Hace unas semanas, entidades agrarias y de ganaderos, como Asaja, Ovican y COAG; la Federación Cántabra de Caza; y grupo ecologistas, como la Fundación Oso Pardo y la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, firmaron un documento consensuado en el que pedían a la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del gobierno de Cantabria que creara una Mesa del Lobo para elaborar un plan de gestión para tratar de solucionar un problema que se ha vuelto crónico.

“Histórico”: así definen desde Asociación de Jóvenes Agricultores el acuerdo, ya que tiene el apoyo de colectivos cuyos intereses pueden parecer contrapuestos y cuyas posturas siempre han estado enfrentadas en el asunto del lobo, como son los ganaderos y los grupos de defensa de los animales.

“Como cada parte por su cuenta no ha conseguido llamar la atención de la consejería, nos unimos para hacer este plan de mínimos”, explican a El Confidencial Autonómico fuentes de Asaja Cantabria, que señalan los radicales de ambos “bandos” pueden no estar de acuerdo con el documento firmado, ya que incluye cesiones por ambas partes. Por ejemplo, los ganaderos aceptan que tienen que “convivir” con el lobo, y los ecologistas, que tiene que haber un control de población de este animal.

La primera petición de ganaderos, ecologistas y cazadores es que el gobierno de Cantabria y los partidos políticos de la región se impliquen en el asunto y elaboren y aprueben de forme urgente un Plan de Gestión del Lobo: algo que ya existe en otras comunidades afectadas por los ataques de este animal como Asturias, Galicia y Castilla y León.

El objetivo de este plan sería mantener una población de lobos viable que pueda coexistir de la mejor manera posible con las explotaciones ganaderas y la población rural, minimizando los daños. Para ello quieren que se cree una Mesa del Lobo, en la que autoridades y asociaciones implicadas puedan tomar las decisiones concretas para solucionar el asunto.

Coste cero para los ganaderos”

Uno de los puntos clave del documento acordado para frenar el problema de los lobos en Cantabria es el económico: “El coste de los daños tiene que ser asumido en su totalidad y en todo el territorio de Cantabria por la Consejería que detente las competencias de biodiversidad. Los daños del lobo tienen que suponer el coste cero para los ganaderos”.

No es tanto dinero para la consejería”, aseguran desde la Fundación Oso Pardo, que señalan que será la administración quien decida cómo se articulan esas ayudas económicas, si a través de la contratación de un seguro, o con indemnizaciones directas del gobierno de Cantabria.

Por ejemplo, en Asturias el gobierno del Principado paga el 100% de los años causados por los lobos a los ganaderos; en Galicia el sistema es similar “y funciona muy bien”; mientras que en Castilla y León se impulsaron unos seguros que han calado menos entre los propietarios de rebaños.

Otra inversión que todas las partes reclaman a la Consejería de Ganadería de Cantabria es la que habrá que hacer en medidas de prevención: empleo de mastines para proteger a las ovejas, cabras y terneros; cercados electrificados; agrupamiento de rebaños; contratación de pastores... Es decir, todas aquellas medidas pueden evitar que los lobos ataquen y maten al ganado.

 

Aumento de las pérdidas

Desde la Asociación de Jóvenes Agricultores y Ganaderos (Asaja) aseguran a El Confidencial Autonómico que en el último año sí se han aumentado sensiblemente los ataques de lobos en Cantabria, y sobre todo los daños que provocan entre los ganaderos.

El goteo de noticias sobre muertes de varias ovejas y cabras, sobre todo en zonas de la región con el Valle de Liébana, ha sido constante a lo largo de 2014. Como respuesta también se han encontrado algunos lobos muertos, en ocasiones por venenos.

Otras fuertes coinciden en señalar que la polémica en torno al lobo se estaba volviendo a radicalizar entre ecologistas y ganaderos, y se querían evitar “respuestas indeseadas”, como el que los propietarios de rebaños recurrieran a esos venenos para acabar con los lobos: algo contra lo que por cierto los firmantes de este documento se comprometen a luchar, las muertes ilegales de lobos.

Ganaderos, ecologistas y cazadores piden a la Consejería que les dé más información, por ejemplo con censos de lobos en la región, para poder controlar la población de esta especie. Sin embargo, por ahora no han recibido respuesta del gobierno autonómico, lo que está extendiendo una sensación de “decepción” entre algunos de los impulsores de este pacto en Cantabria.

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