Sesenta y siete ayuntamientos catalanes forman parte de los ‘Municipios por la Independencia’, impulsados por el alcalde nacionalista de Vic
Cataluña cuenta con cerca de setenta municipios favorables a la independencia. El acalde de Vic animó a todos los ayuntamientos de la región a participar en una 'unión' de ayuntamientos nacionalistas, pero la iniciativa sólo ha prosperado en el 7 por ciento de las localidades de la comunidad.
El pasado mes de julio, Josep María Vila d'Abadal, alcalde del municipio gerundense de Vic de Unión Democrática de Cataluña, propuso la creación de la llamada Asociación de Municipios por la Independencia, en el que se podrían integrar todos los ayuntamientos que se identificaran con el nacionalismo catalán.
Pues bien, según ha sabido El Confidencial Autonómico, 67 localidades de las cuatro circunscripciones catalanas se han sumado al frente independentista, y otros se están planteando hacerlo. La cifra sólo representa poco más del 7 por ciento de los 946 que forman parte de la comunidad autónoma.
Entre las poblaciones que se subieron al carro inmediatamente están Arenys de Munt, que ya despuntó por ser la primera en celebrar una consulta sobre la independencia, y Port de la Selva, que trascendió públicamente por declararse moralmente excluida de la Constitución.
Otros municipios adheridos a la asociación son: Igualada, Berga, Olot, Osona, Ripoll, El Port de la Selva, Perafita, Tàrrega, Tona, Maspujols, Sant Julià de Vilatorta, Prats de Lluçanès, Amposta, Les Borges Blanques, Sant Pere de Torelló, Sallent, Tortosa, Cassà de la Selva, Pardines, Balaguer, Verges, Sallent, Selva del Camp, Roda de Ter, Vacarisses, Caldes de Montbui, Avinyó, Capolat, Amer, Besalú, Banyoles, Agullana, Llançà, Sant Feliu de Guixols, Mataró, Argentona, Vilassar de Mar y Cabrils, entre otros.
De momento, ninguna de las capitales de provincia catalanas forman parte de la asociación, aunque el alcalde de Girona, Carles Puigdemont, mostró su disposición a entrar antes de las elecciones.
Los plenos de 2 municipios, Canet de Mar y Figueres, han rechazado adherirse, mientras que en Barcelona el gobierno municipal ha rechazado un "ruego" en la misma línea.
