Tarajal II abrirá a finales de septiembre

Incertidumbre entre los funcionarios de Ceuta por el nuevo paso fronterizo

Los policías municipales y los empleados del Organismo de Servicios Tributarios denuncian falta de información y condiciones precarias para controlar el flujo de porteadores

Un policía trata de controlar el paso de porteadores por la frontera de Ceuta.
Un policía trata de controlar el paso de porteadores por la frontera de Ceuta.

El Ministerio del Interior y el Gobierno de Ceuta están ultimando el nuevo paso fronterizo Tarajal II por el que cruzarán cada día miles de porteadores marroquíes que se ganan la vida con el llamado comercio atípico. Sin embargo, los funcionarios municipales que irán destinados tienen muchas dudas sobre cómo será allí su trabajo.

El Confidencial Autonómico ha podido saber que uno de los colectivos afectados por este nuevo paso fronterizo es el de los policías municipales de Ceuta. El cuerpo local no es el encargo de custodiar la frontera, tarea de la que se encargan Policía Nacional y Guardia Civil.

Sin embargo, el gobierno de la ciudad autónoma sí ha confirmado que habrá “un número importante” de agentes municipales destinados a dar apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado, por ejemplo en el control del tráfico.

Fuentes internas de la Policía Municipal de Ceuta explican que, pese a peticiones que han hecho sindicatos como CSIF, aún no han recibido respuesta del gobierno de Juan Jesús Vivas a las numerosas dudas que tienen.

“¿Cuántos policías municipales se enviarán al paso fronterizo? ¿De dónde, de qué unidad se van a retirar?”, se preguntan fuentes del cuerpo. Son muchos los agentes que se están dirigiendo a los representantes sindicales para preguntarles las dudas que tienen sobre qué funciones cumplirán en el nuevo paso fronterizo.

Preocupación por las condiciones de los funcionarios

La incertidumbre se extiende a otros funcionarios de Ceuta. ECA ha podido saber que otro de los colectivos que tendrá que trabajar en el paso de los porteadores, el de los funcionarios del Organismo Autónomo de Tributos de Ceuta, también está preocupado.

Estos funcionarios municipales de Tributos estarán destacados en un lugar que las fuentes consultadas definen como “una caseta de obra con dos ventanas”: así se lo transmitieron al gerente del organismo, que admitió que era algo pequeña y que se trataría de cambiar por una más grande, sin que por el momento haya novedades.

Para tratar de regular el llamado comercio atípico, por el que miles de marroquíes entran y salen de Ceuta para comprar y vender pequeñas mercancías en enormes fardos que cargan con ellos, habrá dos funcionarios que se encargarán de inspeccionar los fardos y ver que no exceden las dimensiones establecidas.

Los bultos que no cumplen la normativa tendrían que ser apartados. Pero los funcionarios de Tributos no tienen por el momento más información sobre qué tendrán que hacer; por ejemplo, si también tendrán que empezar a cobrar alguna tasa, no saben cómo tendrán que organizarse para guardar el dinero recaudado en esa caseta. “Además, la mayoría de los porteadores no hablan español, ¿cómo nos van a entender?”.

Por ahora, el Gobierno de Ceuta tampoco ha convocado el concurso para cubrir esas plazas en el paso fronterizo Tarajal II, pese a que supuestamente estará operativo a finales de septiembre.

 

Otro punto que preocupa a los funcionarios tiene que ver con la sanidad. Según las propias recomendaciones de viaje del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Marruecos hay tuberculosis. De ahí que los empleados públicos que tengan que estar en contacto directo con los porteadores teman un contagio: “¿Se ha hecho un plan de riesgo ante la tuberculosis?”, se preguntan algunos funcionarios como otra de las dudas sin respuesta que tienen sobre el paso del Tarajal II.

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