En algunos puestos se están sustituyendo por máquinas de ‘vending’

Plan de la Guardia Civil para que los agentes dejen de hacer de camareros en el País Vasco

A diferencia del resto de España no se contrataban empresas externas por seguridad frente a ETA. Ahora se está retirando a los efectivos de las cantinas y se abrirán concursos para adjudicarlo en las comandancias

Acto en el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo (San Sebastián).
Acto en el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo (San Sebastián).

Las cantinas y bares de los cuarteles de la Guardia Civil en el País Vasco y de Navarra arrastran desde los tiempos más duros del terrorismo de ETA una diferencia con el resto de España: no trabajan en ellas camareros contratados, sino que esa tarea la realizan guardias civiles destinados en esas comandancias. Pero esta peculiaridad ha empezado a desaparecer.

En julio de 2014, El Confidencial Autonómico contó que casi tres años después del anuncio de ETA de que abandonaba los atentados terroristas, seguía habiendo guardias civiles dedicados a ejercer como camareros en las comandancias y cuarteles del País Vasco, sobre todo, y también en Navarra.

La razón de esta anomalía está en los “años de plomo”, en los que los agentes de la Benemérita se convirtieron en los objetivos predilectos de los atentados de la banda terrorista ETA -que llegó a matar a más de 200 guardias civiles en activo y retirado.

Las casas-cuartel y las comandancias provinciales se convirtieron en “guetos cerrados” en los que los agentes tenían cubiertos casi todos los servicios: así, ni ellos tenían que ir a los comercios de los pueblos y ciudades, ni entraban trabajadores externos a las instalaciones de la Guardia Civil. Se temía que pudieran pasar información a ETA para cometer más asesinatos.

Máquinas de ‘vending’ en vez de camareros

Esa situación tras el “cese definitivo de la actividad armada” indignaba a algunas asociaciones de guardias civiles, que lamentaban que mientras faltaban agentes operativos, algunos estuvieran dedicados a “poner cafés” en las tres comandancias de San Sebastián (Intxaurrondo), Bilbao (La Salve) y Vitoria (Sansomendi), con dos bares (uno de tropa y otro de oficiales), además de en cuarteles de municipios como Éibar, Zarauz, Ordicia e Irún (Guipúzcoa), y en el barrio de Algorta, en Guecho (Vizcaya).

Pues bien. Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) explican a El Confidencial Autonómico que esta situación ha empezado a cambiar. Hace ya meses que en algunos puestos de la Guardia Civil -no en las capitales de provincia- del País Vasco han dejado de prestar servicio de camareros los guardias civiles.

Los mandos de las tres provincias vascas ofrecieron a los responsables de los puestos algunas opciones, como el instalar máquinas autoservicio, de ‘vending’ de distintos productos alimenticios no perecederos y también para servir cafés y bebidas. Esa posibilidad ya se ha instalado en algunos cuarteles, además de convertir los bares en salas de descanso con estas máquinas pero ya sin la necesidad de tener a agentes dedicados a hacer de camareros.

En las comandancias provinciales todavía siguen funcionando esos bares y cantinas con guardias civiles al frente. Pero también están en proceso de conversión.

Bares en las comandancias, pero sin agentes

Las fuentes consultadas por ECA explican que, tras algunos obstáculos legales indicados por la Abogacía del Estado, está empezando a avanzarse en un plan para contratar con empresas externas el servicio de cafetería en esos cuarteles y comandancias de la Guardia Civil en el País Vasco.

El asunto está más avanzado en las provincias de Álava y Guipúzcoa, aunque el objetivo de los mandos de la Guardia Civil es general para toda la comunidad. Los sindicatos como AUGC se muestran satisfechos con esta intención y van a dar tiempo para que se lleve a cabo, ya que tardará un tiempo hasta que se liciten los contratos, se adjudiquen y se pongan en marcha esos bares ya gestionados por empresas privadas externas.

 

Además, los sindicatos han propuesto que además de en las comandancias, en los cuarteles con mucho personal -como los de Irún, Algorta, Baracaldo...- destinado y residente, se pueda extender la contrata de la comandancia para que las empresas se hagan cargo de los bares. En los puestos más pequeños, con menos agentes, consideran que la mejor opción es esa de instalar máquinas expendedoras.

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