La nueva alcaldesa de Gijón quiere convertir a la fragata Asturias de la Armada en un ‘museo flotante’. Ferrol, su actual ubicación, se resiste a perderlo
Gijón y Ferrol han comenzado una dura lucha por conseguir para sus respectivos puertos a la ya retirada fragata Asturias, una vetusta embarcación de guerra de la Armada que será convertida en museo flotante. Ante la posibilidad de que la fragata Asturias -que ha causado baja entre las unidades de la Armada- acabe siendo enviada a desguace, dos ciudades rivalizan por hacerse con ella y convertirla en un reclamo más para el turismo. Los ayuntamientos de Gijón y Ferrol están maniobrando para hacerse con la 'custodia' del viejo buque y convertirlo en un museo flotante de la historia naval española. En principio, parecía que sería Ferrol quien se quedaría con ella, ya que lleva años allí establecida. Pero el nuevo ayuntamiento de Gijón, como ha podido saber El Confidencial Autonómico, ha mostrado mucho interés en hacerse con la 'Asturias' -que por otra parte, tiene raíces claras con la ciudad, al menos, en cuanto al nombre-. En Ferrol se puso en marcha una iniciativa de estas características que comenzó a fraguarse a través de Internet con la creación del grupo de Facebook denominado Quiero ser una fragata museo de la Armada, en octubre del 2009. El 29 de enero del 2010 nació la asociación Pro Museo Fragata Asturias. Y fue a finales del pasado ejercicio cuando el Concello de Ferrol remitió al Ministerio de Defensa el acuerdo plenario en virtud del cual la corporación solicitó la cesión de la 'Asturias' para su conversión en un museo flotante en la ciudad. La propuesta logró luz verde el 26 de noviembre del 2009 a raíz de una moción presentada por el PP y que salió adelante con los votos de IF, la abstención del PSOE -entonces en el gobierno- y votos en contra de IU y BNG. El principal problema para este proyecto son los costes de mantenimiento. Según ha podido saber este diario, el consistorio gijonés -ahora en manos del partido de Álvarez Cascos- está dispuesto a asumir el coste de su traslado, adecuación y mantenimiento. Algo que, en Ferrol, aún no está del todo claro.
