En su informe sobre competitividad

La Comisión Europea desmiente a los nacionalistas en sus quejas por las infraestructuras en Cataluña

Destaca que se encuentra entre las mejores regiones europeas en este apartado, pero a nivel institucional aparece por debajo de la media española y continental

Cataluña se encuentra entre las regiones europeas con mejores infraestructuras, pero se sitúa por debajo de la media en cuanto a instituciones, según el informe sobre competitividad que ha elaborado la Comisión Europea.

La Comisión Europea, a través del  Índice de Competitividad Regional de la UE, ha dado una puntuación de 127 a las infraestructuras catalanas, ya sean viarias, ferroviarias o aeroportuarias, teniendo en cuenta que la media europea en la materia se situaría en 100 puntos.

Esto sitúa a Cataluña entre las mejores regiones europeas a nivel de infraestructuras. Por encima, por ejemplo, de todas las regiones de Austria, Dinamarca o Finlandia, obteniendo 101 puntos en autopistas y autovías, 121 en infraestructuras ferroviarias y 145 en aeroportuarias.

Las infraestructuras de Cataluña se encuentran, por tanto, entre las más amplias, accesibles y desarrolladas de Europa, con un aeropuerto por cada una de las cuatro provincias y la incorporación del tren de alta velocidad que une a las cuatro capitales.

Sin embargo, en el apartado institucional, en el que se valora la calidad, la corrupción y la imparcialidad, Cataluña obtiene 78 puntos, situándola por debajo de la media y en el tercio inferior del resto de regiones europeas.

La Comisión Europea, por ejemplo, da a Cataluña una nota inferior que las de todas las regiones de Portugal, algunos países de la Europa del Este o territorios de ultramar como la Guayana francesa. Y también obtiene peor nota que la media española.

El factor que influye en la competitividad

Para la plataforma Convivencia Cívica Catalana (CCC), este informe de la Comisión Europea “desmonta el discurso victimista del nacionalismo catalán sobre la falta de infraestructuras”.

Según CCC, las deficiencias que puedan existir en las infraestructuras catalanas deben “analizarse y resolverse”, pero también “se amplifican” para ser utilizadas con un “evidente interés político” y no son un problema para la competitividad catalana.

Lo que lastra la competitividad de Cataluña, según la plataforma, son las instituciones catalanas, por la “inseguridad e incertidumbre política”, por la “elevada percepción de corrupción derivada de escándalos como el 3%” o por el “sectarismo político y la falta de imparcialidad en sus concesiones administrativas”.

Todo ello, según Convivencia Cívica Catalana, “no es una buena tarjeta de presentación” para la competitividad de Cataluña y “no ha pasado desapercibido en Bruselas”.

 

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