Las exigencias económicas del Banco de España frustraron la fusión entre Caja Extremadura y Caja Badajoz. Ambas entidades buscan alianzas en otras regiones

En poco más de cuatro meses, lo que era una fusión segura entre Caja de Extremadura y Caja de Badajoz se vino abajo. En otoño de 2009 las posibilidades de acuerdo eran evidentes, pero un informe de viabilidad, presentado a principios de año, provocó la cancelación del proyecto. Según ha podido saber El Confidencial Autonómico, el estudio fue presentado por la dirección de Caja de Extremadura, en una reunión en la que estuvieron presentes representantes de ambas entidades; el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; y el líder de la oposición, el 'popular' José Antonio Monago. El cónclave se celebró una vez conocidas las condiciones establecidas por el Banco de España para aprobar la posible fusión: la entidad resultante de la unión de ambas cajas debería tener un capital superior o igual a los 50.000 millones de euros, una cantidad que ni se acercaba a los 11.000 calculados por el Gobierno de Extremadura. El propio Ejecutivo autonómico sabía que la fusión supondría una inversión de 140 millones de euros, a desembolsar por la propia administración y las dos cajas. Además, el nacimiento de una nueva entidad financiera provocaría el cierre de más de 80 sucursales, y la rescisión del contrato de 400 personas. Ante este importante problema de liquidez, Caja de Extremadura ordenó la realización de un informe para estudiar posibles alternativas. Finalmente se propusieron tres salidas: --Continuar con la fusión y después buscar una nueva unión con otra caja. Esta solución planteaba un importante riesgo: que Extremadura se quedase sin caja de ahorros propia. --Integrarse ambas en Sistema Institucional de Protección ya existente. Aportarían dinero y compartirían con otras instituciones de diferentes comunidades autónomas el llamado 'fondo de riesgo', para solucionar posibles problemas de solvencia. --Seguir como estaban. Cada caja seguiría su propio camino. Finalmente, se optó por la última opción, aunque ahora mismo no se descarta que los caminos de Caja de Extremadura y Caja de Badajoz puedan volver a cruzarse. Tras fracasar el intento de fusión entre ambas entidades, Caja de Extremadura optó en abril por integrarse en el Sistema Institucional de Protección (SIP) liderado por Caja Granada, y que cuenta con la presencia de Caja Cantabria, Cajastur, Caixa Nostra y Caja Murcia. Otro de los candidatos a entrar en este conglomerado es, precisamente, Caja de Badajoz. Su presidente, Francisco García Peña, no lo desmiente, aunque matiza: "estamos manteniendo conversaciones con muchas cajas".

 

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