La Unión de Guardias Civiles solicita el cese del sargento del acuartelamiento de Éibar tras el suicidio de uno de los agentes

En una rueda de prensa celebrada en la sede de la Unión General de Trabajadores (UGT,) en Madrid, el sindicato Unión de Guardias Civiles ha denunciado la situación que se vive en la unidad de Emergencia Ciudadana del cuartel de Éibar (Guipúzcoa) desde la llegada de un sargento. Ha sido denunciado por 19 agentes, entre ellos Pedro Linares, que se suicidó después de mantener una reunión con él. Manuel Mato y Ramón Rodríguez Prendes, secretario general de UGT y portavoz del sindicato en el consejo de la Guardia Civil respectivamente, dijeron que el suicidio del guardia civil, de 23 años, era la "crónica de una muerte anunciada". Es el resultado, afirmaron, de un continuo abuso de poder por parte del sargento, que el 25 de junio recibió una denuncia firmada por el agente fallecido y otros 18 compañeros, por amenazas y vejaciones. . La denuncia acusaba al suboficial de: -- Exigir a los guardias civiles contratar y pagar una línea de Internet cuyos gastos correrían por cuenta de los agentes. -- Amenazar a los guardias con frases como "Entras por el aro o a la puta calle" y "Mientas yo mande el puesto, lo vais a tener chungo". -- Usar a sus subordinados como chóferes particulares. -- Obligar que no se cierre el bar del acuartelamiento, aunque ya se haya sobrepasado el horario de servicio, porque le apetece "tomar un café" o "jugar a los chinos". Desde la UGC se esperaba que esta denuncia fuese considerada por el coronel de San Sebastián, a quien mandaron un burofax el 30 de junio, del que no recibieron respuesta. Tres días más tarde, Pedro Linares se suicidó en su casa después de salir llorando de una reunión con su sargento. Éste, 16 horas después de producirse el suceso, partió hacia San Sebastián, sin dar noticias hasta este lunes, en el que volvió a Éibar con su habitual agresividad y evitando hablar del suicidio de uno de sus agentes. Ante esta situación, la UGC volvió a comunicarse con el coronel de San Sebastián, recriminándole su pasividad y frialdad en este asunto, además del trato distante que tuvo con los familiares del guardia durante el entierro en Cádiz, su ciudad natal. Precisamente, el origen gaditano de Linares fue una de las excusas que utilizó el coronel para no relacionar el suicidio del agente con la situación laboral que padecía, afirmando que los verdaderos motivos que le habían llevado a quitarse la vida eran que residía lejos de su casa, y una discusión con su novia, con la que sólo llevaba tres meses. El sindicato de la guardia civil sostiene que el suicidio es consecuencia de las continuas vejaciones y amenazas del sargento, que le habían llevado a tratarse psicológicamente y darse de baja temporalmente. Otros nueve compañeros se encuentran en la misma situación que el fallecido, mientras que seis más acudieron ayer al médico para conseguir la baja psicológica. En la sección de Seguridad Ciudadana de Éibar, en la que deberían trabajar 28 agentes, sólo lo hacen cuatro, ya que dos están de descanso continuado, seis de vacaciones, nueve de baja más los seis que fueron a solicitarla ayer, y uno fallecido -Pedro Linares-. UGC sostiene que estas bajas son una prueba más de la mala gestión del, cuya sección es la única con bajas laborales. Mientras, las otras dos unidades- Intervención de armas y Servicios Burocráticos-, cuentan con todos sus efectivos. El sindicato de la guardia civil solicita la suspensión cautelar del sargento de Éibar "para evitar otra tragedia".

 

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