Fuegos artificiales bajo la lluvia en las fiestas del Pilar de Zaragoza

Con un guiño a Aragón con los colores de su bandera, los fuegos artificiales arrancaron la primera ovación de un público a mucho del cual, a pesar de los tres avisos protocolarios, le pilló el inicio por sorpresa. Fue un momento emotivo pero que no dio lugar al respiro ya que fueron 20 minutos clavados de reloj en los que el cielo de Zaragoza se olvidó de que estaba lleno de nubes. Estas fueron sustituidas por una combinación de colores y ruido (ese que es tan importante saber escuchar en este tipo de actos pirotécnicos según los puristas) que pusieron un precioso final a las fiestas del Pilar.

 

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