‘Caso Koldo’: los antisanchistas filtran documentos al PP

El entorno de Page y Lambán están demostrando con pruebas que ellos resistieron a la trama porque tenían controles exhaustivos en la compra de mascarillas y no así Armengol y Ángel Víctor Torres

Pedro Sánchez, en un acto del PSOE.
Pedro Sánchez, en un acto del PSOE.

El ‘caso Koldo’ no deja de crecer. El escándalo de las comisiones millonarias por el suministro de mascarillas durante el COVID está provocando dentro del PSOE terremotos mucho más importantes de lo que acaba trascendiendo hacia fuera. Los antisanchistas están filtrando documentos al PP.

En el sumario judicial del ‘caso Koldo’ figuran intentos de vender mascarillas sólo a gobiernos autonómicos gobernados por socialistas, pero no todos compraron. Hay constancia escrita en correos electrónicos que muestran que el gobierno que preside Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, y el que dirigía Javier Lambán en Aragón, rechazaron de plano las ofertas.

Decepción en el partido

El ‘caso Koldo’ se suma a la tremenda decepción por los malos resultados en Galicia, que se atribuyen directamente a las consecuencias de la gestión de Pedro Sánchez al frente del Gobierno.

Una manifestación más ha sido la victoria de Miguel Ángel Gallardo en Extremadura, frente a la candidata oficialista (sanchista), Lara Garlito.

En ese ambiente, los antisanchistas se están moviendo con más intensidad que nunca. Ahí se sitúa, por ejemplo, la comida que mantuvieron el pasado lunes, en Toledo, el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, y el ex presidente y ex líder del PSOE Felipe González, con imágenes de televisión incluidas.

José Bono, Felipe González y García-Page, en Toledo.
José Bono, Felipe González y García-Page, en Toledo.

Filtrando al PP

Confidencial Digital ha tenido conocimiento de otro episodio más de la guerra dentro del PSOE entre antisanchistas y sanchistas.

Altos dirigentes socialistas de Castilla-La Mancha y de Aragón, donde mandan los antisanchistas García-Page y Lambán, han entregado al Partido Popular documentación demostrando cómo gestionaron ellos el caso de las mascarillas, acreditando que se dieron cuenta de que las propuestas recibidas eran irregulares y por eso las rechazaron. Se trataba de algo evidente. 

Han revelado un patrón que no culminó en transacciones sospechosas posiblemente gracias a la vigilancia y el escrutinio por parte de las autoridades competentes. 

Alto precio y poca transparencia

En el Gobierno de Aragón, durante la etapa del crítico Javier Lambán, fue el propio Koldo García, el asesor del ex ministro Ábalos, el que ofreció directamente las mascarillas. En el entorno del ex presidente aragonés defienden que la oferta se rechazó por su alto precio -más de 1 millón de euros por encima de otros encargos- y la falta de transparencia y de explicaciones sobre cómo sería el pedido y la distribución.

 

El rechazo del Ejecutivo aragonés no consistió en un mero acto de desinterés comercial. Fue una decisión informada, por la cautela y la responsabilidad ante una oferta que, según fuentes cercanas al caso, “era extraña y con un tono casi de imposición”.

Empresarios

Además del equipo de Javier Lambán, la colaboración estrecha del Gobierno de Aragón con la organización empresarial CEOE Aragón, bajo la iniciativa ‘Aragón en marcha’, demostró ser un enfoque efectivo para canalizar la solidaridad empresarial hacia el suministro de material sanitario

Dentro del Ejecutivo, con la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, como gran encargada de canalizar la ayuda sanitaria, así como el presidente de la patronal Ricardo Mur, fueron capaces de detectar el intento de Koldo por aprovecharse de la situación.

La trama también lo intentó en vano con el Gobierno socialista asturiano, pero el equipo de Adrián Barbón relata que siempre se decantó por “empresas conocidas”.

Empresas certificadoras

Desde el entorno de Page y Lambán están aportando la valoración que hicieron sus empresas certificadoras, que indicaban claramente que las mascarillas eran defectuosas y por ello no podían valorar su adquisición. 

En el caso de Castilla-La Mancha, según la documentación presentada, se habían ofrecido 350.000 mascarillas KN95, pero la respuesta del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) fue rotunda: “Sentimos mucho no poderles realizar la compra de las mascarillas (...) la valoración de la SGS (empresa certificadora) indica claramente que las mascarillas son defectuosas y por ello no podemos valorar su adquisición”, figura en uno de los correos filtrados desde el equipo de Emiliano García-Page.

Fuentes del Sescam explican que era frecuente recibir en esos meses propuestas de intermediarios que ofrecían mercancía china acompañadas de certificaciones en otros idiomas, incluido el mandarín, y que si no revisaban a fondo, se podía cometer el error de comprar mascarillas inservibles. Éste era un caso, afirman.

Los que no frenaron a la trama

Con sus explicaciones y los documentos aportados, el objetivo es demostrar que ellos ‘sí’ pararon los pies a la trama corrupta, frente a lo que hicieron los sanchistas Francina Armengol y Ángel Víctor Torres, que sí contrataron con la organización de Koldo.

El rechazo a las mascarillas KN95 vinculadas a De Aldama coincide con que, por el contrario, este mismo tipo de mascarillas sí fue aceptado por los gobiernos de Baleares y Canarias en la época en que los presidían la actual presidenta del Congreso y el actual ministro de Política Territorial, ambos conocidos sanchistas.

Tomar miradas serias

El PSOE es un hervidero estos días. Al cese del secretario general de Puertos del Estado se suma el intento de implicar a Santos Cerdán, pero más aún a Pedro Sánchez, que presidió varios consejos de ministros en los que se aprobaron ayudas a Air Europa, compañía con la que tuvo relación su mujer, Begoña Gómez.

Y hay voces internas que reclaman la adopción de medidas serias, ante la evidencia de que el partido se ha visto alcanzado por graves acusaciones de corrupción, mucho más grave aún porque se hizo ‘aprovechándose’ de una emergencia sanitaria nacional como fue la pandemia, que causó decenas de miles de muertos en toda España.

Mirando hacia arriba

Dentro del PSOE, las miradas se dirigen, en primer lugar, a José Luis Ábalos, al que consideran, sin duda alguna, el cabecilla de la trama corrupta. Nadie se cree que, dada la intensa cercanía con Koldo, el hoy diputado en el Grupo Mixto no fuera conocedor (cuando no promotor) de lo que se montó.

Pero, aunque no se les ocurre insinuarlo, no faltan quienes dirigen la mirada al líder, a Pedro Sánchez, porque no descartan que hubiera sabido hace tres años que existía una investigación de la Guardia Civil, y que por eso decidió cesar bruscamente al entonces ministro y secretario de organización del partido.

Sin excluir que lo hubiera recuperado para las listas del PSOE al Congreso con el fin de que saliera diputado, y así garantizar la condición de aforado, que es lo que ahora sigue teniendo Ábalos.

El exministro de Transportes José Luis Ábalos y la expresidenta del Govern Balear Francina Armengol en un acto en las islas en marzo de 2021.
El exministro de Transportes José Luis Ábalos y la expresidenta del Govern Balear Francina Armengol en un acto en las islas en marzo de 2021.

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